La Plaza

La Plaza, novela testimonio – ficción de Luis Spota


Desde la primera hasta la última palabra, Luis Spota en su novela La plaza, nos conduce, a través de intenso suspenso que no decae en ningún momento, a conocer los antecedentes y vivencias de algunos de los anónimos protagonistas que experimentaron en carne viva, los hechos que llevaron a la masacre que la historia próxima pasada registró  la noche del 2 de octubre de 1968, en la plaza de las Tres Culturas en Tlaltelolco.
La novela se estructura a manera de un paisaje (la ficción creada en torno a un ajuste de cuentas); donde múltiples artistas plásticos dejan un “objeto” en el lienzo (los testimonios sacados de los medios informativos: prensa, grabaciones, libros, entrevistas) que complementan el tema propuesto por el “pintor” (en este caso, la visión de los estudiantes vs la versión del gobierno).
Los siete personajes que desean la venganza en la persona de un octavo, tienen nombres simbólicos; sin identidad conocida, representan a todos los familiares, amigos o conocidos de la multitud de héroes o víctimas que sufrieron los atropellos que culminaron con los hechos violentos del 2 de octubre de 1968. A su vez, el octavo personaje, de cuyo destino se conocerá hasta las últimas páginas de la novela, puede encarnar a cualquier funcionario de gobierno que participó, de igual forma en el citado hecho violento.
La estructura de la novela toma técnicas propias del guión radiofónico, el teatro, el cine (constantes flash back) que aceleran o retardan los momentos de mayor suspenso.
Este es un libro con un final abierto; de una gran intensidad sensorial: las páginas no sólo despiertan nuestro sentido visual (inmerso en la propia lectura de las palabras), sino los otro cuatro con igual fuerza: olemos, tocamos, escuchamos y probamos lo que el personaje principal nos refiere, Domingo, el guía que moverá los hilos de Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes y Sábado; así como el de El Hombre.
Sin duda alguna, el oficio de periodista, mezclado con la indudable maestría literaria que posee Luis Spota, hacen de esta obra, una invitación para que el lector saque sus propias conclusiones de la Noche de Tlaltelolco donde murieron cientos de estudiantes y civiles, a días de ser inaugurados los Juegos Olímpicos de 1968, donde ¡oh paradoja! México se presentaría ante el mundo como el anfitrión de esta justa deportiva.

En suma, suspenso, amargura, venganza, soledad, están presentes en las páginas que reconstruyó Luis Spota, para dejarnos la visión de un México profundo, donde los métodos empleados en aras de aplicar la “justicia”, adquieren proporciones casi hitlerianas.

Recomendación de: L.L. Mónica Pichardo Lewewntein

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